TRUJILLO.- A Heber Javier Julca Quiliche lo mató una deuda. Hace 6 meses solicitó un crédito de mil soles para recuperar la mototaxi alquilada que le robaron criminales armados fingiendo ser pasajeros. Pero cuando se encontró con los hampones para entregar el dinero, no recibió el vehículo, sino una tremenda paliza.
Masacrado y sin plata buscó la forma de recuperar el dinero y pagar el crédito. La suerte una vez más le fue adversa. Los meses pasaron y la deuda creció hasta sumar 5 mil 800 soles, cifra impagable para el joven mototaxista de 22 años.
Atormentado por las cartas notariales y las amenazas de un agente de cobranza que el fin de semana le juró que metería a su padre - garante del crédito- a la cárcel, Heber Javier Julca decidió acabar con su vida dejando a su bebé de dos meses sin padre.
Heber Javier Julca Quiliche era un joven como muchos otros que viven en El Milagro. Día a día alquilaba una mototaxi para ganarse la vida mientras aguardaba la llegada de su primer bebé.
Así de tranquila pasaba la vida de este joven chofer de 22 años, hasta que una noche de junio todo cambio. Estaba a bordo de la mototaxi alquilada cuando dos pasajeros lo abordaron. En realidad se trataba de delincuentes que a punta de pistolas lo asaltaron y se llevaron el vehículo y su celular.
Heber Javier, en un acto de desesperación, llamó a su teléfono y los hampones respondieron. “Entréganos mil soles y te devolvemos la mototaxi”, le exigieron.
Contó lo sucedido al dueño del vehículo quien no le creyó y por el contrario lo acusó de tramar el atraco. Angustiado conversó con sus padres y decidieron pedir un préstamo de mil soles en la tienda de electrodomésticos Elektra, como consta en el informe policial. El encargado de firmar como garante fue su padre Santos Julca Ríos.
Por un momento Heber Javier volvió a sentirse tranquilo. “Entrego los mil soles y me devuelven la mototaxi”, pensó. Pero no iba a ser tan fácil.
Se comunicó con los hampones y fue a su encuentro. Ellos, al verlo con el dinero se lo arrebataron, le propinaron tremenda paliza y lo mandaron ensangrentado de vuelta a su casa del sector 5. La angustia y la desesperación volvieron a invadirlo.
¿COBROS CON AMENAZAS?
Iris Alva León asegura que las cuotas del crédito eran de 44 soles semanales, es decir 176 soles mensuales. Heber Javier sólo alcanzó a pagar hasta 390 soles. “Trabajó por algún tiempo en carga, pero como lo habían masacrado tenía fuertes dolores de cabeza y le salía sangre por la nariz. Es por eso que no pudo seguir trabajando” afirma.
Los meses pasaban, la deuda iba en aumento y empezaron a llegar las cartas notariales. En estos documentos le informaban que a la fecha los intereses habían consolidado una deuda de 5 800 soles.
A los pocos días también recibieron la visita de un extraño agente cobrador que, según los padres y hermanos de Heber Javier, los amenazó para obligarlos a pagar.
“Recuerdo que su apellido es Romero. La última vez que llegó a nuestra casa en su moto fue el viernes como a la 1:30 p.m. Lo encontré en la calle y me dijo que si no le pagábamos iba a meter a mi papá a la cárcel porque él era el garante. Traté de explicarle que no teníamos dinero, pero nos dijo que éramos estafadores. Nosotros no queríamos quedarnos con su dinero, queríamos pagar, incluso hace 10 días me acerqué al Banco Azteca (entidad crediticia de tiendas Elektra) y hablé con una señorita, le dije que habíamos juntado 200 soles, que por favor nos dé más facilidades para pagar, pero no quiso aceptar el dinero y dijo que tenía que juntar 500 soles. ¿De dónde íbamos a juntar más plata?”, explica entre lágrimas Lucy Julca Quiliche.
Enterado de la deuda, Alexander Ángulo Quiliche conversó con su hermano. Al verlo atormentado y temeroso ante la posibilidad que su padre termine entre rejas, trató de tranquilizarlo prometiéndole que él iba a sacar el préstamo para que finalmente pague la deuda.
Alexander vio por última vez a su hermano Heber Javier el domingo al dar las 4:30 p.m. Estaba muy triste y caminaba con dirección a su casa del sector 5.
SE AHORCÓ EN SU CASA
A la mañana siguiente, Alexander lo llamó a su teléfono celular porque habían quedado en realizar algunos trabajos de albañilería en Miraflores, pero jamás contestó.
Preocupada, Eleodora Quiliche Mercedes fue hasta la casa de Heber Javier y encontró todo cerrado. Le hablaron por teléfono a su conviviente Iris, pero ella estaba en la casa de uno de sus parientes junto a su bebé nacido el 25 de setiembre.
Hasta cinco veces Eleodora llegó a la casa de su angustiado hijo con la esperanza de encontrarlo. En la última, tomó una piedra y a golpes abrió la puerta. Al entrar rompió en gritos y en llanto. Heber Javier yacía colgado de una viga. A su costado había un pequeño escrito para su hermano Alexander: “Hermano, cuida de mi hijo, los quiero mucho”.
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