LA LIBERTAD.- En los últimos días, no solo personas
adultas han protagonizado las noticias más lamentables ocurridas en Trujillo,
sino también niños, y quizá por ello estas últimas suelen conmover más. Ahí
está, por ejemplo, el asesinato de la pequeña Lía Thais Lucano Malvacedo, quien
falleció a sus escasos 3 años de edad luego que unos delincuentes, miembros de
una salvaje banda dedicada al robo, acribillaran el camión en el que se dirigía
con su madre a Huánuco.
Fue un solo disparo el que la dejó grave,
conectada a una maraña de tubos y sondas en la Unidad de Cuidados Intensivos
del Lazarte. Lía Thais fallecería después de dos largos días de penosa agonía.
Así como la desafortunada Lía, cuya vida
se apagó temprano, así también acaba de ocurrir con la pequeña Yanira Polo, de
apenas seis meses de nacida. Aunque las causas de la hospitalización de Yanira
fueron distintas, el desenlace es el mismo y, por ello, lamentable: esta bebé
falleció ayer luego que el taller de pirotecnia de su padre, instalado en su
precaria vivienda, ardiera en llamas.
Las grandes lenguas de fuego envolvieron
el frágil cuerpo de la bebé y le causaron quemaduras de segundo y tercer
grado.
Yanira estuvo internada en el Belén una
semana, aferrándose a la vida, pero ayer, en horas de la madrugada, no resistió
más. Los médicos que venían tratándola informaron de su deceso. La noticias,
como es obvio, causó en su familia el más grande dolor.
El lamentable episodio en el que Yanira
quedó grave se produjo el miércoles de la semana pasada en La Arena, caserío
ubicado en Huamachuco.
Eran alrededor de las 10:00 a.m. cuando
el padre de la criatura, de nombre Teodoro Polo Sánchez (23), causó la
explosión que desencadenaría la tragedia. Según refieren allegados a la modesta
familia, Polo había montado un taller clandestino de pirotecnia en su precaria
vivienda.
Junto a sus hermanos, se dedicaba a
producir castillos. Fue precisamente durante la fabricación de uno de estos
artefactos que el lugar ardería por el fuego.
De acuerdo con la versión de los
parientes, Polo había empezado a moler pólvora en un mortero, aunque sin tomar
las precauciones del caso.
Debido a ello, es decir, a la falta de
seguridad, una chispa saltó sobre los otros materiales que estaban cerca.
El estallido fue tan fuerte que
ensordeció a los vecinos. Cuando estos aromaron a sus ventanas para ver qué
había pasado, se encontraron con una escena desgarradora: Polo, con el cuerpo
cubierto de quemaduras, trataba de auxiliar a los suyos, aunque sin poder
lograrlo.
Fue necesaria la intervención de los
serenos para socorrer a los agraviados. Presurosos, a los agentes se les hizo
indispensable romper la puerta de la clandestina fábrica para entrar; solo así
rescatar a Yanira de las llamas.
También resultaron graves Polo y su
cuñada, una mujer de 27 años de nombre Martina Mauricio Anticona. A ellos se
sumó el primo de la menor, un adolescente de iniciales H. J. P. M.
Por el estado crítico en que quedaron,
todos fueron traídos a Trujillo. Aquí, la madre de la menor, quien al momento
del accidente se encontraba fuera de casa, atravesó un desgarrador drama.
Aparte de ver a su hija sufrir una semana, que es lo más doloroso que puede pasarle
una mujer, tuvo que lidiar con la falta de dinero, lo que le obligó a dormir en
los pasillos del Belén y a pasar días de hambre.
La acongojada mujer recibió la noticia
del fallecimiento ni bien se produjo este, y en cuanto el médico dejó de hablar,
rompió en lágrimas.
Ahora, para colmo de males, la familia de
la criatura no sabe cómo enfrentar los gastos para el sepelio.
“No tenemos plata; debemos dormir por
aquí, por los pasadizos; no tenemos dinero para el hotel y a veces no tenemos
dinero ni para comer. Es una verdadera tragedia esto que nos ha pasado”,
expresó Santiago Polo, tío de la menor. Cualquier ayuda, puede hacerse llegar a
través de la oficina de Imagen del Belén.
Por otra parte, el menor de iniciales F.
P. R., de 7 años, fue internado de emergencia en el Belén por culpa de un
chofer irresponsable que lo atropelló con su vehículo. El inescrupuloso
conductor embistió al menor hace un par de días y luego se dio a la fuga,
dejándolo a su suerte.
Trinidad Reyes Hidalgo (47), madre del
escolar, atraviesa también una angustiante situación. Ella es mamá de otros
cuatro niños, y los médicos le han informado que a su hijo deberán amputarle la
pierna derecha.
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