TRUJILLO.- Viven como pueden. De acuerdo a un informe estadístico de población penal elaborado por la Unidad de Estadística del Instituto Nacional Penitenciario (Inpe) de Lima, la cárcel trujillana ubicada en el centro poblado menor El Milagro padece una terrible crisis de sobrepoblación que la ha llevado a ungirse como la sétima más hacinada en todo el territorio nacional.
Según el documento obtenido en exclusiva por periodistas de La Industria, el presidio con mayor aglomeración de internos en el país —de acuerdo a su capacidad de albergue— es Cañete, cuyo aforo es de 759 almas, pero mantiene hospedados a 2 mil 817 facinerosos. Es decir, dos mil 58 almas de más, excedente que alcanza 271% más de su capacidad de cabida.
Inmediatamente, le siguen: Callao, Huaral, Ayacucho, Huacho, Lurigancho, Trujillo, Piura, Ica y Castro Castro (Lima). Sin embargo, es justamente la situación de nuestra ciudad la que estelariza el presente informe, pues aunque el penal local esté construido para recibir sólo a mil 50 presos, en la actualidad alberga un total de 2 mil 14, es decir, 964 reclusos de más que viven como ‘sardinas’.
Pero si usted pensó que eso fue todo, se equivocó. En diálogo concedido a este diario, el director de El Milagro, Genaro Escamilo Gómez, reveló bastante mortificado que a la dura realidad de hacinamiento existente en dicho ente se suma la grave situación de infraestructura, la cual reverbera en carencia de camas, celdas, talleres y otros ambientes adecuados para incentivar la reinserción social de los internos.
“Según las últimas proyecciones, el 2015 este penal albergará a casi tres mil internos. Por ello, estamos gestionando la ampliación de las zonas de uso común y pabellones, pero eso depende de Lima. Además, El Milagro sólo cuenta con talleres de carpintería, cestería, sastrería, cerámica y soldadura, pero éstos tampoco son suficientes porque las herramientas y materiales son escasos”, explicó.
Asimismo, el funcionario también dijo que su despacho viene elaborando un convenio para inaugurar el taller del biohuerto y confección de calzado en beneficio de los reclusos. De igual modo, Escamilo Gómez aseguró desconocer los procesos legales por los que atraviesa cada interno, pues el Inpe sólo los recibe en calidad de procesados y otorga los beneficios penitenciarios correspondientes.
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