Asesinan a sicario de balazo en la cabeza

TRUJILLO.- A balazos terminó ayer la vida de un despiadado sicario de ‘La Jauría’, banda que se disputa el cobro de cupos en La Esperanza con ‘Los Malditos de El Triunfo’, de ‘Paco’. Se trata de Jhonny Leyva Villalobos, de 28 años, a quien dos de sus rivales acribillaron a quemarropa en un apartado y polvoriento pasaje del sector María Elena Moyano. El hecho se produjo a las 6:10 a.m.

Rebeca Rivero Campos, esposa del fallecido, comentó que este salió de su vivienda en la invasión Tacabamba el sábado en la noche. Aquella fue la última vez que vio vivo a su marido. “Dijo que iría a encontrarse con unos amigos”, añadió.

Leyva, a quien le decían ‘Chocho’, pasó pues la noche entre una ronda de cerveza y otra, embriagándose al extremo. No se sabe dónde estuvo exactamente, pero se presume que aquellos “amigos” eran en realidad sus compinches, con quienes se reunía cada noche a planear sus crímenes.

Horas más tarde, cuando el sol empezó a asomar en el horizonte, Leyva se dispuso a regresar a casa. Sin embargo, nunca llegaría a encontrarse a salvo con Rebeca y sus dos niños. Resulta que en el camino fue interceptado por dos hombres que se le fueron encima a balazos. Estos le dispararon sin piedad y a quemarropa, aprovechando que se caía de borracho.

En total le metieron cinco tiros, y todos en la cabeza. Al primer disparo, Leyva se desplomó sobre la arena. Su muerte fue instantánea.

La noticia llegó minutos después a oídos de Rebeca. Ella de inmediato corrió al lugar para cerciorarse de lo sucedido, y ahí encontró a su pareja.

También llegaron agentes de la comisaría de Wichanzao y el representante del Ministerio Público para el levantamiento del cadáver.

Durante la diligencia, se supo que en los bolsillos del finado había unos 35 soles, además de su celular, con lo que quedó descartada la hipótesis del robo.

Por el modo en que fue ejecutado Leyva, la Policía baraja el ajuste de cuentas como una probabilidad, aunque por los antecedentes del fallecido, esta es casi una certeza.

Como sicario de ‘La Jauría’, a Leyva se le atribuye el asesinato de la chofer Vilma Lozana Guevara, a la que acribilló en marzo. Según lo informado entonces, el crimen ocurrió a las 2:30 p.m.

Lozano, en su colectivo de placa IQ 7101 (afiliado a la empresa de transportes “Esperanza Tours”), fue interceptada por Leyva y Juan Carlos Quiroz Gamboa, ‘Calinacho’, en la cuadra 15 de la avenida Condorcanqui.

Los asesinos no le tuvieron compasión a la mujer: le metieron seis balazos en la cabeza y otros dos en el cuello y en el pecho, y luego, consumado el crimen, huyeron en el mismo auto en el que le habían cerrado el pase.

Sobre los móviles, se sabe que Lozano estaba involucrada con la banda de ‘Paco’, pero se filtró en ‘La Jauría’ para sacar información.

Enterados de esto, los cabecillas de la banda les ordenaron a Leyva y a ‘Calinacho’ acabar con ella. Y, como vemos, cumplieron al pie de la letra con el trabajo que se les encomendó.

Ahora, tal parece que ‘Los Malditos de El Triunfo’ se han cobrado por fin la revancha. Visto así, entonces ‘Calinacho’ también está en la mira, por lo que a estas alturas debe de andar bien escondido.

Pero el asesinato de Vilma Lozano no es el único que Leyva cometió. Al contrario, tuvo más. Por ejemplo, a este hampón se le atribuye también el homicidio de Jorge Quiliche Amaya (23), quien en algún momento fue su compinche.

Leyva y dos sujetos más sorprendieron a Quiliche Amaya en el cruce de la avenida Indoamérica con Benito Juárez, en La Esperanza.

Fue en septiembre del 2009. Quiliche, al volante del taxi de placa S0Z 050, se dirigía a su domicilio, a eso de las 8:30 p.m., cuando Leyva y los otros maleantes lo interceptaron y abrieron fuego contra él. En total le metieron cinco balazos, dos de ellos en la cabeza.

El agraviado fue conducido al Regional por su padre, pero falleció en el camino, dejando en la orfandad a una niñita de cuatro años.

En cuanto a este crimen, se sabe que hubo una diferencia entre Leyva y Quiliche, lo que condujo a que el primero acribille al segundo. Meses más tarde, el Poder Judicial ordenó el encierro del homicida en la cárcel de El Milagro, de donde salió hace apenas seis meses, y a seguir haciendo lo que mejor sabía: matar.

De otro lado, en diciembre del 2008, Jhonny Leyva Villalobos asesinó al llenador de combis Felizardo Vílchez Pasapera. Aquella vez informamos que “días antes, Vílchez sostuvo una pelea con el hermano de una mujer durante una fiesta”. Al parecer, esto fue lo que desencadenó su muerte.

Contratado para la venganza, el sicario le metió dos tiros en la cabeza al modesto trabajador. Esto ocurrió a eso de las 3:30 a.m., en la avenida Condorcanqui.

A estos crímenes debemos sumarle los numerosos comerciantes y transportistas a quienes Leyva amenazaba con asesinar si no le pagaban cupos. Vemos, pues, que no se trataba de un albañil, tal como aseguró ayer su familia, sino de un despiadado criminal que tenía las horas contadas.