TRUJILLO.- Cinco mil soles. Ese es el precio que
Liliana del Rocío Hilario Sánchez, de 53 años, le habría puesto a la cabeza de
su marido, Luis Armando Rojas Carranza, en venganza porque este embarazó a otra
mujer. Así lo informó el personal de la Sección de Homicidios de la Divincri,
unidad encargada de investigar el caso y esclarecer cada detalle. Y vaya que
los detalles impresionan.
Tal como se informó, Hilario habría planeado el asesinato de Rojas en complicidad con su medio
hermano, un individuo de nombre Jorge Luis Barrantes Sánchez, ‘Nino’, con quien
comparte su domicilio en la urbanización Torres Araujo (a dos cuadras de la
escena del crimen).
De esta manera se confirma el inesperado
giro que ha dado la historia; lo único que sigue invariable es el móvil, que
sigue siendo pasional. Al respecto, se sabe que Hilario, furiosa (y claro,
también celosa) porque su marido había embarazado a otra, decidió acabar con la
vida de este. Y para llevar a cabo su malévolo plan, ella misma lo habría
llevado al restaurante Marlú (en la esquina de República de Panamá con Brasil,
a una cuadra del centro), donde, con paciencia, esperó que el sicario aparezca.
BUSCAN A ‘YOMAR’
Asimismo, se ha llegado a determinar que
‘Nino’ contrató a los sicarios a través de un tal ‘Yomar’, cuyo nombre es aún
manejado con reserva. Es más, se sabe que fue ‘Yomar’ quien le dio el arma a
Júnior Eduardo Basilio Contreras (18), ‘Júnior’, para que acabe con Rojas.
En su testimonio, Daniel Steven Uriol
Chávez (20), el taxista que movilizó a ‘Júnior’ y ‘Yomar’, dijo que escuchó de
boca de estos que el trabajo había sido un encargo de ‘Nino’, a solicitud de
una pariente. Demasiada coincidencia.
Con esta información, lo uniformados
ataron otros cabos sueltos y llegaron a una conclusión, misma que figura en el
acta 161-13 de la Divincri: “Se ha llegado a establecer fehacientemente que la
esposa del occiso se encuentra implicada en el presente homicidio”.
ATRAPADOS Y SIN DINERO
En tanto, se supo que Júnior Basilio y
Daniel Uriol ya duermen en prisión. En efecto, estos criminales fueron encerrados
en la cárcel de El Milagro luego que el Poder Judicial decidiera declarar
fundado el pedido de prisión preventiva solicitado por el Ministerio Público.
La audiencia se llevó a cabo el jueves,
en la sede judicial de Natasha Alta. Durante la diligencia, Uriol se mostró
ciertamente arrepentido por haber participado en el asesinato, así como Júnior.
Ambos dijeron haber cometido un error, pero eso no bastó para los magistrados;
además, las pruebas en su contra eran concluyentes, pruebas como el video, en donde
Júnior aparece entrando al restaurante, con las manos metidas en los bolsillos
de polera, y acercándose a Rojas para ultimarlo a balazos.
Ahora, en cuanto al pago de 5 mil soles
que iban a recibir por el “trabajo”, pues acabaron sin una sola moneda en el
bolsillo. Y es que, tras cometer el delito, Júnior se metió en una cantina del
Alto Moche a emborracharse, mientras que Uriol fue detenido por la Policía
antes de que pueda siquiera ir a cobrar.
El asesinato se produjo a las 10:35 p.m. De acuerdo con la
nueva versión de los hechos, Hilario Sánchez, quien ya había contratado a los
sicarios, llamó a Rojas y lo invitó a cenar en un restaurante cerca de su casa.
Ambos entraron al negocio a las 10:25,
aproximadamente, y tras sentarse a una de las mesas, pidieron dos parrilladas. Mientras esperaban los platos, el sicario apareció en el lugar. Con la
cabeza cubierta por una capucha blanca, y las manos metidas en los bolsillos de
su polera, va directo a la mesa donde Rojas y le dispara cuatro veces en la
cabeza. Tan cruento episodio fue captado por las cámaras de seguridad del
local.
Las imágenes muestran también a Liliana
Hilario en una actitud francamente sospechosa: como si hubiese intuido que el
homicida iba a disparar, sale disparada hacia el otro extremo del ambiente,
dejando a su esposo a su suerte.
Luego, cuando la Policía la interrogó
sobre los posibles móviles, se echó a llorar y dijo todo cuanto sabía, culpando
además a la amante; sin embargo, algo en su llanto despertó las sospechas de
los oficiales.
“No era un llanto con lágrimas, al
contrario, era más de gritos. Si a una mujer le matan al esposo, entonces es
lógico que llore, que entre en shock. Por otra parte, debido a la impresión, es
difícil que cuente todo con detalles y hable de los posibles móviles con suma
precisión, como lo hizo la señora Hilario. Ella habló de todo; eso nos hizo
dudar. A ello sumamos que el crimen se haya cometido a una cuadra de su casa, porque
ella vivía cerca del restaurante. ¿Quién más sabía que Rojas estaba ahí? Solo
ella”, comentó un alto oficial. De momento la Policía espera la orden del Poder
Judicial para poder arrestar a Hilario.
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