TRUJILLO.- De ocho balazos a quemarropa fue asesinado ayer un joven de 23 años luego que dos delincuentes, dedicados al tráfico de terrenos y a matar por encargo, irrumpieran en su vivienda y lo acribillaran sin piedad. Los maleantes jalaron varias veces del gatillo y acabaron con él en menos de lo que dura un pestañeo, aunque se sabe que a quien en realidad buscaban era al hermano del finado, un taxista que, a esa hora, se encontraba lejos de la escena.
El violento crimen ocurrió a las 8:30 p.m., en la manzana R18 del sector Virgen del Socorro, parte baja de La Esperanza. De acuerdo con lo informado por la Policía, minutos antes llegó a dicho lugar el taxista, pues, ahí, en el lote 15 de aquella manzana, viven su madre y sus hermanos. Asimismo, se supo, desde hace varias semanas mantiene una rencilla con un conocido delincuente de la zona de nombre Américo Antonio Fabián Rodríguez.
Al ver al hombre del volante, Fabián caminó hacia él y le buscó pleito, pero le salió el tiro por la culata, porque terminó recibiendo una severa golpiza.
Herido en su orgullo, el facineroso se marchó del lugar no sin antes jurar venganza. El taxista, por su parte, volvió a su carro para continuar con su trabajo. Lo que no sabía era que su adversario había planeado asesinarlo.
Y así, una media hora después, aproximadamente, Fabián Rodríguez regresó a la escena con dos sicarios a quienes les señaló la casa donde, según él, vivía su enemigo, pero en este inmueble, tal como hemos precisado ya, vivían en realidad la madre y los hermanos del conductor.
Los matones, empuñando armas de largo alcance, llamaron con insistencia a la puerta, y ni bien les abrieron, dispararon como locos contra César y José Mendoza Florindez, de 22 y 23 años.
A César le metieron en total ocho balazos y lo mataron en el acto. José, de otro lado, recibió un solo disparo en el brazo izquierdo. Ambos fueron llevados de inmediato al Regional por sus parientes. La madre de los muchachos, de nombre María, aún guardaba en ella la esperanza de que los dos sobrevivan, sin embargo, ya la suerte estaba echada para César. Cuando ingresó a la unidad de Emergencias de ese nosocomio, el joven ya estaba muerto, y desde hacía varios minutos. En resumidas cuentas, a César lo mataron por error. Los sicarios buscaban a su hermano el taxista, pero se confundieron y lo asesinaron a él.
Tras enterarse de lo ocurrido, agentes del Departamento de Investigación Criminal Norte, bajo las órdenes del comandante Alejandro Vásquez, montaron un operativo por la zona y consiguieron arrestar a Fabián Rodríguez. Este individuo deberá responder ahora por su delito.
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