TRUJILLO.- La mirada de Dalesca Lizzet Morán Vía (10) se muestra perdida y llena de tristeza, pues ella no termina de entender cómo a puertas de la Navidad se encuentra postrada en una cama del Hospital Regional de Trujillo, víctima de una bala perdida que le fracturó el maxilar inferior hace cinco días.
Esta pequeña necesita de una operación urgente en un tiempo máximo de 72 horas, de lo contrario el hueso afectado por el proyectil, no podrá sanar.
De acuerdo al registro médico, esta niña llegó el último lunes a nuestra ciudad desde el Hospital de Tumbes donde fue atendida en un primer momento. Según informaron, la menor recibió el balazo el domingo 19 de diciembre cuando estaba almorzando con su familia en el asentamiento humano Puyango, cercano a la ciudad de Tumbes.
Criminales sin corazón
Liz Vía Izquierdo, madre de la menor, se encontraba junto a la cama de su hija en el mencionado nosocomio. Ella narró como un delincuente ingresó a su vivienda, en la mencionada región del norte, escapando de otros dos pandilleros que los seguían con armas.
Al interior del rústica inmueble los hampones se enfrentaron a tiros, y Dalesca Lizzet atinó a proteger a su pequeño hermano, de sólo dos años de edad. Fueron segundos de terror para esta familia y luego que los malhechores escaparon, la progenitora tomó a su hija en brazo. En ese momento se dio cuenta que uno de los proyectiles había alcanzado a su pequeña, quien estaba inconsciente producto del dolor, y totalmente ensangrentada.
De inmediato llevaron a la niña hasta el hospital de Tumbes, donde desafortunadamente no cuentan con el equipamiento necesario para poder salvarla. La decisión de traerla a Trujillo tan sólo tomó algunos minutos, pero el viaje fue más de un día, en la ambulancia del referido centro hospitalario. Llegó el lunes a primera hora.
Se tomaron distintas placas para conocer el estado de la pequeña, quien tiene alojadas decenas de esquirlas de bala en la zona inferior de la mandíbula y una fractura que le impide abrir la boca. Actualmente se alimenta por suero y permanece despierta durante algunas horas, en las que sus padres le hablan para darle ánimo.
El diagnóstico comentado por el médico otorrinolaringólogo, Guillermo Fonseca, es una trauma maxilofacial por PAF (impacto de arma de fuego), en la mandíbula inferior. La niña ha perdido dos dientes, pero afortunadamente no se afectaron más órganos internos.
Lágrimas en Navidad
La operación de la pequeña Dalesca Lizzet cuesta más de 10 mil nuevos soles. Sin embargo sus padres no pueden cubrir este monto, ya que ninguno tiene un trabajo estable y actualmente han gastado sus pocos ahorros en la medicina que necesita su hija para soportar al dolor.
Para colmo de males, algunos de los medicamentos y equipos que se requieren para la operación de esta pequeña sólo pueden ser comprados en Lima. Otros de menor costo se logran adquirir en nuestra ciudad, pero no puede ser cubierto por el Seguro Integral de Salud (SIS). (laindustria.pe)
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