TRUJILLO.-
A balazos acabó ayer la vida de un modesto padre de familia,
perfilador de calzado en una fábrica local. Se trata de Esgar Cristian
Rodríguez Gómez (24), a quien un sicario le metió tres tiros en el estómago y
uno más en el rostro, cuando se dirigía a su domicilio.
Este
nuevo hecho de violencia se produjo a las 10:15 p.m., en la esquina de las
calles Unión Distrital y Capac Yupanqui (límite entre El Porvenir y Florencia
de Mora). Montado en una bicicleta, Rodríguez regresaba a su vivienda, en la
avenida Húsares de Junín, cuando fue interceptado de pronto por un auto. De
este bajó el delincuente que había sido contratado para dispararle.
El criminal no
le tuvo piedad: luego de apuntarle, jaló del gatillo y le hizo caer de la
bicicleta. A merced del homicida, Rodríguez trató de pararse para escapar, pero
ya su suerte estaba echada; tres balas se le incrustaron en el estómago y lo
dejaron malherido.
Entonces
el matón volvió dirigir hacia él el cañón del arma, pero esta vez apuntándole a
la cara. Y presionó el percutor una vez más. Rodríguez falleció en el acto. La
noticia llegó a oídos de su esposa a los pocos minutos. Ambos vivían en la
manzana 11 de la Cabaña, a solo dos cuadras de donde se produjo el crimen.
Desesperada,
la mujer corrió hacia la esquina en mención y estalló en lágrimas al ver el
cadáver; a pesar de ello, pidió ayuda para llevarlo al Regional. Aún
guardaba en ella la esperanza de que le salven la vida a su marido. Pero los
médicos le dijeron que ya no podían hacer nada por él.
Los
restos de Esgar Cristian Rodríguez Gómez fueron internados luego en la morgue.
Ahí, su padre, Merardo Rodríguez Ávalos, de 57 años, descartó que haya estado
inmerso en actos ilícitos; por el contrario, dijo que perfilaba calzado
desde hacía varios años, y por eso le ha sorprendido lo que ha pasado.
“Pido a
las autoridades que investiguen a fondo este caso; han matado a mi hijo, pero
él no era delincuente ni nada, se dedicaba a su trabajo. Además, tenía dos
niños, de 8 y 5 años. Qué va a ser de ellos; van a crecer sin su papá”,
expresó.
Rodríguez,
en efecto, era padre de dos menores. Ahora ellos deberán pagar las
consecuencias del hampa, que cobra vidas a diario.
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