Lo asesinan delante de sus hijos

TRUJILLO.- Tal parece que la violencia criminal extrema, aquella que deja siempre una siniestra huella de sangre a su paso, está dejando las alejadas calles de La Esperanza y El Porvenir para instalarse en las más concurridas arterias de Trujillo. Ayer, por ejemplo, la avenida América se convirtió en escenario de un salvaje crimen: resulta que dos sicarios en moto asesinaron de cinco disparos a Juan Carlos Vigo Santillán, de 36 años, dueño de la conocida peña “Clarita”, de Chicago.

Sucedió alrededor de la 1:10 p.m., cuando Vigo se encontraba en su auto de placa A2L 531, esperando a que sus niños salgan del colegio Dante Alighieri, donde estudian.

Llegó minutos antes a ese plantel, ubicado frente al óvalo Grau, y se estacionó en el frontis, en medio del barullo de los niños que, a esa hora, salen de clases, tanto del colegio mencionado como de la Gran Unidad Escolar.

Entonces aparecieron los homicidas. Testigos del hecho contaron que fueron dos y llegaron a bordo de una moto lineal, cubriendo sus rostros con cascos. Al parecer le habían venido siguiendo los pasos a Vigo desde temprano, esperando el momento oportuno para dispararle.

Y cuando por fin vieron que estaba con la guardia abajo, completamente distraído, ajeno a lo que ocurría a su alrededor, se le acercaron y le dispararon.

¡MALDITOS!

En total fueron cinco las balas que acabaron con él; una de ellas le impactó en el cuello, otra en la cabeza, las demás le perforaron el abdomen.

Tras el cruel ataque, Vigo quedó grave, recostado sobre el volante de su auto. Nadie se atrevía a acercarse aún por miedo a correr la misma suerte.

Los homicidas, por su parte, huyeron una vez ejecutada su víctima, intimidando a su paso a los escolares. Una persona denunció que no muy lejos de ahí había un efectivo de la Policía Nacional que, en vez de tratar de arrestarlos o de seguirle los pasos, los dejó ir.

Minutos después llegó el hermano de Vigo, Jorge Enrique, y lo llevó de emergencia al Belén, pero nada pudieron hacer los médicos de ese nosocomio para salvarle la vida: murió en el camino, en brazos de los suyos.

La noticia hundió en la más oscura tristeza no solo a sus niños, sino también a su madre, quien se acercó al cuerpo en el mortuorio para tocarlo por última vez, antes de que se lo lleven a la morgue.

VIO MORIR A SU PADRE

Las causas que desencadenaron el asesinato de Juan Carlos Vigo Santillán son aún un misterio, mismo que vienen siendo investigado por la Policía; no obstante, por el modo en que lo ejecutaron, se presume que se trató de un obvio ajuste de cuentas, una venganza. Y es que los criminales querían verlo muerto a como dé lugar, de ahí que el último balazo que le metieron haya sido en la cabeza. Aquel fue el tiro de gracia, el que aseguró su muerte.

De otro lado, se sabe que tenía antecedentes por venta de droga y robo agravado, incluso se ha informado que purgó condena en la cárcel de El Milagro.

Cabe precisar además que esta no es la primera vez que su familia llora la muerte a balazos de uno de los suyos. En diciembre del 2009, dos sujetos asesinaron sin compasión a su padre, Enrique Vigo Vallejo (58).

Este episodio ocurrió el 27 de diciembre de aquel año. Vigo Santillán presenció el crimen, pero nada pudo hacer para impedir que le disparen a su papá.

Los asesinos sorprendieron a Vigo Vallejo en su local, la peña Clarita, a eso de las 9;30 p.m., y apuntándole con un arma, le pidieron que entregue el dinero que “había recibido”.

El propietario del negocio se hizo el desentendido, lo que causó que le disparen, también a quemarropa, como ayer hicieron con su hijo.

Juan Carlos contó después que, al encontrar resistencia, desenfundó su arma y ejecutó once disparos. Dijo además que mientras esto ocurría, él se encontraban afuera del local, con un vecino, siendo amenazado por otro sujeto armado que le impidió defender a su progenitor.

Hoy le tocó a él, y su madre pide lo mismo que pidió aquella vez: que atrapen a los hombres que le han causado tanto dolor.