TRUJILLO.- La violencia volvió a dejar su siniestra huella de sangre en El Porvenir, distrito severamente golpeado por el hampa y el crimen organizado. Esta vez le tocó a un integrante de la banda ‘Los Lobos’ morir a balazos y a manos de sus rivales ‘Los Pulpos’.
Se trata de César Augusto Castillo Chávez, de 20 años, a quien unos maleantes (tanto o más peligrosos que él) le metieron dos disparos que le desfiguraron el rostro y le perforaron el brazo izquierdo.
El cruento episodio ocurrió a las 9:20 p.m. del sábado, en la esquina de las calles Mayta Cápac y San Luis, en Río Seco. A esa hora, Castillo Chávez, a quien sus compinches conocían con el alias de ‘Cochino’, bebía cerveza con unos amigos a unos metros de su vivienda. Junto a él se encontraba además su prima, de nombre Jeny Chávez Raymundo (28).
La noche transcurría en aparente calma, sin novedad alguna, las botellas iban y venían de una mano a la otra, y el grupo iba embriagándose más con cada ronda, pero eso cambió de pronto cuando, por una de las esquinas, aparecieron los asesinos. No se ha precisado si llegaron caminando o a pie, solo se sabe que se acercaron a Castillo cuando este menos se lo esperaba; en resumidas cuentas, lo sorprendieron con la guardia abajo.
Sin mediar palabra, los criminales se le fueron encima a balazos y causaron el pánico entre la gente que transitaba a esa hora por el lugar, vecinos la mayor parte de ellos.
AJUSTE
Fueron dos los disparos que acabaron con la vida de Castillo. El primero de ellos le cayó en el brazo izquierdo (al parecer, así habría tratado de defenderse del enfurecido ataque, con los brazos, alzando ambos para cubrirse, pero con los tragos encima, sus reflejos se vieron reducidos al mínimo; además, era poco lo que él o sus acompañantes podían hacer ante la inesperada lluvia de balas).
El segundo disparo le desfiguró el rostro: el proyectil, según se informó después, le entró por el lado izquierdo de la nariz y se le incrustó en el cerebro. Este fue el tiro de gracia, el que acabó con su vida en segundos, el que da cuenta de la intención brutal de los homicidas: asesinarlo a toda costa.
Con la cara ensangrentada, Castillo Chávez fue conducido por sus parientes al hospital Regional, sin embargo, los médicos de ese nosocomio nada pudieron hacer por él. Llevaba varios minutos muertos para cuando ingresó a la unidad de Emergencias.
Sobre las causas que desataron el asesinato de Castillo, la Policía asume que, por el modo, se ha tratado de un severo ajuste de cuentas entre bandas rivales. Dan fuerza a esta versión los antecedentes de la víctima como miembro de ‘Los Lobos’.
Además, se sabe que uno de los homicidas ya ha sido identificado plenamente. Fue la prima del finado quien le vio la cara a este individuo y le dio incluso su nombre a la Policía.
En efecto, según declaró Jeny Chávez Raymundo, el que ejecutó los disparos que causaron la muerte de ‘Cochino’ fue Joel Villacorta Pérez, un peligroso miembro de ‘Los Pulpos’ implicado en un sin número de delitos.
Al cierre de edición, la Policía se encontraba tras los pasos de este maleante; por otra parte, los restos de Castillo venían siendo velados en su domicilio, donde sus parientes optaron por no dar mayores detalles de lo ocurrido.
Lo único que atinaron a decir es que, al contrario de lo que señala la Policía, no era delincuente, y que se ganaba el sustento trabajando en una fábrica de calzado. “Lo único que queremos ahora es que los asesinos paguen en la cárcel lo que han hecho… queremos justicia”, dijo una de las tías del finado, para añadir luego que la madre de este recibió la terrible noticia en Chile, donde trabaja.
“Ella está devastada… luego de enterarse de lo que pasó a su hijo, tomó el primer avión al Perú y ya está en camino…”, puntualizó.
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