Crimen en el barrio Chicago

TRUJILLO.- No cabe duda que para los sicarios el día y la hora no es impedimento para cometer su delito. Para ellos, la presencia de testigos es lo de menos, pues lo que más les importa es cumplir su objetivo, aniquilar a su víctima.

Tres delincuentes, a bordo de un taxi Tico, llegaron ayer por las inmediaciones de la cuadra 4 de la calle José Gálvez, en pleno corazón del popular barrio de Chicago, y una vez identificada a su víctima, procedieron a asesinarla. Cinco impactos de bala acabaron con la vida del joven Frank Rodríguez Alayo, de 20 años (ubicado a la derecha en la foto de arriba, junto a dos amigas en reciente reunión).

Todo sucedió en contados segundos, según cuentan testigos del brutal crimen que vieron como uno de los maleantes se bajó del Tico y sin mediar palabra alguna, les descerrajó 5 balazos al muchacho. Eran aproximadamente las 4:30 de la tarde del sábado.

Pero Frank Rodríguez no estaba solo. El se encontraba acompañado de Víctor Hugo Chamón, un prestamista de dinero con el cual venía trabajando desde hace 2 años , y una tercera persona que aún no ha sido identificada.

Según los familiares del joven asesinado, horas antes él se encontraba con sus amigos de barrio, en la calle José C. Mariátegui, en la urbanización 20 de Abril (El Alambre) en donde tiene un cuarto en la manzana C, lote 34, y en el cual vivía con su padre y una hermana menor, una niña que padece de Síndrome de Down y por quien se esforzaba trabajando para que no le faltase nada.

Hasta allí llegó el prestamista quien le pidió que lo acompañe a realizar unas cobranzas en el barrio Chicago. Eran las 3 de la tarde. Una hora y media después fue acribillado justo al frente de una cochera donde inclusive en sus rejas se ve aún dos impactos de bala.

Testigos del hecho sostienen que el asesino portaba una pistola de grueso calibre, eso lo deducen por el fuerte ruido al detonar los disparos. Otros afirman que una vez que el joven se encontraba tendido en la acera, el cruel homicida lo jaló del brazo para adentro de la cochera, para luego subirse al Tico y huir del lugar.

Una vendedora que estuvo a pocos metros de la escena señaló que el asesino se acercó a su víctima y le dijo “Toma esto con… “, y le disparó los 5 balazos.

Los acompañantes de Frank trataron de protegerse, y para su suerte el sicario no les hizo nada. De forma rápida los trasladaron al Hospital Belén pero al parecer murió desangrado y ,según señalan los familiares, fue por una mala atención del personal médico que no hizo el esfuerzo por salvarle la vida.

Ya en horas de la noche, su cuerpo fue remitido a la morgue del Hospital Regional para luego ser trasladado hasta la calle José Carlos Mariátegui, en la urbanización 20 de abril, donde es velado ante la presencia de sus hermanas, vecinos y amigos.

Los que lo conocieron señalaron que Frank Rodríguez Alayo era una persona tranquila, que no se metía con nadie y que a la vez era muy alegre. Integraba el equipo de fulbito del barrio, participando en varios campeonatos organizados por la Junta Vecinal.

Su repentina y salvaje muerte aún no ha sido asimilada por sus familiares quienes esperan que se haga justicia y se capture a los asesinos.

LAS INVESTIGACIONES

De acuerdo a las primeras investigaciones policiales, el crimen es un típico ajuste de cuentas por la forma como se ensañaron con la víctima. Además, no se llevaron nada, ni el dinero que habían cobrado minutos antes ni otras prendas de valor, sobre todo de los acompañantes, descartando de esta manera el asalto.

Sin embargo, familiares de Frank señalan que sus objetos de valor, como el celular, habían desaparecido.

La hipótesis que maneja la Divincri es la venganza o ajuste de cuentas. “No puede ser un asalto, son 5 balazos que recibió y de acuerdo a testigos los asesinos no se llevaron nada”, alcanzó a decir un agente policial.