LA LIBERTAD.- Su espíritu combativo
no lo hizo claudicar, transformando una derrota en victoria. El súper atleta Florencio
Machaccuay Arredondo, se llevo por segunda vez sucesiva “La X Maratón Nacional El Chasqui
Julcanero”, instaurando el tiempo record de 3 horas 26 minutos y 17
segundos para la distancia de 48 kilómetros.
El inicio se dio a 3.200 m.s.n.m. en el distrito
de Calamarca, donde 15 atletas asumirían
todo un desafío a la altura,
marchando en conjunto hasta el
caserío de Piruay, pero en el sector de
Capillas, durante los primeros kilómetros, los
julcaneros Segundo García, Daniel
Santos y Elber Castañeda empiezan a presionar al grupo de avanzada.
Uno de ellos García
Atalaya, oriundo de Huaso conocedor del
terreno decide romper el grupo y
toma la posición de guía pasando como
líder en el Peñón de Puquio hasta el pueblo
de Cantada, donde le dura su
atrevimiento de retar a los grandes.
En el sector Campo
Alegre, los fondistas del sur se ven obligados a cambiar de táctica y emprenden la verdadera lucha desde el
kilómetro 15 en ”la subida de la muerte”, pues ahí se desprende el huancaíno
Isaac Berrospi, liderando el paso por Sicchal, donde es recibido a lo
grande con aplausos, cohetes, globos
flores, agua y frutas.
Mientras tanto le
seguían a poca distancia: Florencio Machaccuay, Erick Cosme, Saúl Soberon y
Gabino Ccente, entre otros. Pachachaca, Chazca, Quinual, veían el paso de los
guerreros del fondismo en su lucha camino al triunfo.
Al descender hacía San
Antonio kilometro 35 recibieron otra bienvenida de los colegiales, y pobladores
de la zona, hacia el sector La Pileta
donde Berrospi Alania aún era primero, pese a que la distancia de 800 metros que llevaba se
reducía.
El desenlace de la carrera sucede en San Pedro, donde el
huancaíno comienza a sufrir el rigor de
la exigencia física y en una pendiente pedregosa
llena de barro seco baja su ritmo y empieza a caminar muy extenuado a punto de abandonar la prueba, pero al
llegar a la cima, el juniense Machaccuay Arredondo estaba ahí y subió el difícil terreno corriendo.
En el poblado de Oro
Malqui, logro alcanzarlo, pasándolo
cambiando la historia de la carrera a dos kilómetros de la meta, a pesar de la
resistencia del huancaíno, la lucha era incesante con un final intenso
ingresando el juniense a la capital a través de Barrio Bello
Amanecer y Coscomba, llegando a la
plaza de armas.
El nombre de Machaccuay coreado por los
narradores resonaba convertido en un auténtico mensajero espiritual, un Chasqui
del tiempo llevándose los laureles. Detrás de él, llegarían el huancaíno Isacc Berrospi, el
huancavelicano Gabino Ccente, el huancaíno Erick Cosme y los cajamarquinos Saul
Soberon y Ernesto Alaya.
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