TRUJILLO.- No
se trató de un asalto, el asesinato del joven albañil Arístides Aderly Bermúdez
Polo fue una brutal venganza. Esto explica
por qué los asesinos lo atacaron únicamente a él y no a su enamorada, ni a los
dos amigos que lo acompañaban.
Ellos sólo
vieron aterrados cómo los tres criminales lo corretearon, lo alcanzaron y ya en
el suelo lo aniquilaron. Arístides
Aderly Bermúdez Polo era conocido como “Nene”, tenía 23 años y es la nueva
víctima de los sicarios.
En su casa de
adobe y techo de quincha ubicada en la cuadra 7 de la calle José Artigas, en la
parte alta de La Esperanza, su madre y sus hermanos lloran desconsolados.
Juran
desconocer por qué lo mataron, y perjuran que sólo era un muchacho que
trabajaba eventualmente con su tío en albañilería.
“Estuvo aquí
con toda la familia, en la fiesta de su prima. ¿Cómo íbamos a imaginar que
después lo iban a matar?”, se preguntó su madre Flor Polo Yarasca con voz
temblorosa.
La fiesta a la
que se refiere es la que se realizó frente a su casa desde la 1 de la tarde del
domingo. Allí se celebraba los 16 años de una de las primas de Arístides Aderly
Bermúdez Polo, motivo más que suficiente para que la familia se reúna. Pero, cuando
el reloj marcó la medianoche, la celebración se acabó y todos regresaron a sus
casas.
Arístides
Bermudez debió cruzar la calle y entrar a su casa, pero su enamorada le pidió
que la acompañe hasta la avenida Condorcanqui para que tome un taxi.
En compañía de
otra amiga y un amigo empezaron a caminar. Avanzaron unas cuantas cuadras
cuando dos sicarios aparecieron.
Los cuatro
muchachos creyeron que se trataba de un asalto así que corrieron, cada quien
hacia un lugar donde esconderse.
Pero al mirar
hacia atrás vieron que nadie los perseguía, sino que los dos criminales iban
detrás de Arístides Bermúdez de 23 años a quien le disparaban mientras trataba
de escapar. Su esfuerzo,
sin embargo, fue en vano. Algunas balas le impactaron y lo hicieron caer.
Lo que vino
después fue una escena espeluznante. Los sicarios se acercaron al albañil de 23
años y aseguraron su muerte de varios balazos más.
La policía
inspeccionó la escena del crimen y recogió 8 casquillos, también algunas de las
balas que acabaron con la vida de Arístides Bermúdez Polo. Todo estaba
disperso en un tramo de unos 20 metros, la distancia que la víctima recorrió
antes de terminar abatido.
En la morgue
del hospital Regional a donde lo llevaron en un vano intento por salvarlo, su
tío Jaime Quiroz y su madre recibieron sus documentos, entre estos su licencia
de conducir.
La policía
interrogó a los testigos e inició la investigación. Desde un principio quedó
claro que el crimen era una venganza, pues no le robaron más que su vida, ni
tampoco asaltaron a sus amigos.
En cuanto a la
identidad de los sicarios, los detectives sospechan que fue planificado y
ejecutado por los mismos asesinos que el año pasado mataron a uno de sus
amigos. En aquella ocasión, Arístides Bermúdez presenció el asesinato. (Satélite)
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