TRUJILLO.- Un Mecánico de 30 años
asesinó a balazos a jóvenes porque no soportó que uno de ellos esté
con su exenamorada. En
las próximas horas será enviado a la cárcel.
Los malditos celos. Por
absurdo que parezca, este fue el motivo por el que los dos amigos recicladores,
de 17 y 19 años, terminaron en la tumba.
Sucede que su asesino, envalentonado por el licor, les buscó pleito al no
soportar que uno de ellos esté con su exenamorada, informó la policía.
Durante toda la semana
pasada, Iván Arturo Horna Figueroa (19) y su amigo Saúl Isaías León Morales
(17) planificaron un fin de semana de playa sin saber que al regresar la muerte
se los llevaría.
Fue antes del mediodía del
domingo que ambos y cuatro amigos más, se acomodaron en la mototaxi de Iván
Arturo y enrumbaron hacia Huanchaco donde pasaron todo el día, divertidos entre
la arena y el mar.
Al caer la tarde
regresaron a El Milagro donde Saul Isaías vivía. Allí se quedaron tres amigos
con quienes decidió beber algunas cervezas en un bar conocido como “El Profe”.
Los otros tres muchachos
fueron hacia el sector Wichanzao de La Esperanza, a la casa de Iván Arturo,
quien también le ayudaba a su papá Martín Horna Julca en su oficio de albañil.
Sin embargo, a los pocos
minutos que entró se vio obligado a salir. “Mi hijo ya estaba por descansar
cuando vino su amigo Saúl (Isaías León Morales) y se lo llevó, hoy sabemos que
se fue a defenderlo”, dice su madrastra María Isabel Cubas Mauricio.
Lo que pasó es que cuando
Saúl León Morales y sus amigos tomaban las primeras cervezas, tuvieron un
pleito a golpes con un grupo de muchachos mayores que bebía en el bar conocido
como “Gustavo”.
En efecto, uno de los que
estaba en este grupo era el mecánico Wilmer Hugo Acuña Zamora, de 30 años,
quien según los testigos fue el que agredió a Saúl León como reprimenda porque
uno de sus amigos estaba con su exenamorada, informó la policía.
Ante el llamado de ayuda,
Iván Arturo Horna Figueroa decidió, junto a sus demás amigos, reclamar por la
agresión y arreglar cosas a mano limpia.
Sin embargo, el mecánico
ya había tomado sus precauciones y sacó de su casa un arma de fuego sin
importarle no tener licencia. Y así los esperó. Cuando tuvo a los
muchachos frente a frente, sacó el arma y la emprendió a balazos.
Tres tiros por la espalda
impactaron a Iván Arturo quien se desplomó en el suelo junto a Saúl Isaías
quien recibió dos tiros.
Ambos fueron llevados al
hospital Regional, mientras el mecánico asesino se escondía en su casa del
pasaje Q Mz. 29 Lt. 12 del sector III de El Milagro, a pocas cuadras de la
escena del crimen.
Ya en el nosocomio, los
galenos informaron que sólo uno había llegado con vida. Se trataba de Saúl
Isaías quien luego de luchar toda la noche murió la mañana de ayer.
Los agentes del
Departamento del Escuadrón de Patrullaje Norte iniciaron la búsqueda del
mecánico Wilmer Hugo Acuña Zamora y finalmente lo encontraron en la puerta de
su casa.
Ahí también estaba su auto
H1C 219 en cuyo interior encontraron los casquillos de bala. Lo que aún no
encuentran es el arma homicida.
Acuña Zamora fue
interrogado y aunque confesó haber disparado, dice que lo hizo en defensa
propia. Lo cierto es que la Fiscalía lo denunciará por homicidio y ante todas
las evidencias en pocos días más sería internado en la cárcel.
Enterados de la captura
del asesino Wilmer Hugo Acuña Zamora, los deudos solo exigieron el mayor
castigo.
“Mi hijo no era una mala
persona, trabajaba como reciclador, también tenía su criadero de chanchos y me
ayudaba en la construcción. ¿Cómo van a matarlo así? Eso no es justo”, dijo
Martín Horna Julca, padre de Iván Arturo Horna Julca.
“Esa persona no tiene
perdón de Dios. Pido a la justicia que lo castigue por lo que le ha hecho a mi
hijo. Mi hijo sólo tenía 17 años”, se lamentó Lucio León, padre de Saul Isaías
León Carrera. Trascendió que los dos
amigos serán velados en el sector Wichanzao de La Esperanza.
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