TRUJILLO.- Un joven de 28 años fue
asesinado ayer de un balazo en el pecho, en medio de una infernal trifulca en
la cuadra 7 de la avenida Túpac Amaru (frente al cementerio de Miraflores).
El autor del disparo, un delincuente
cuya identidad es por ahora investigada por la Policía, trató de asesinar al
vigilante de una discoteca, con el que momentos antes había sostenido una feroz
discusión, pero el proyectil acabó impactándole al muchacho, que nada tenía que
ver con aquel pleito. Además, antes de perforarle el cuerpo, esa misma bala le
atravesó el hombro izquierdo a la chica que estaba con él.
Esta nueva historia de pólvora y sangre
se produjo a las 6:30 a.m., en la avenida Tupac Amaru. Jorge Luis Cortés
Ruiz, el agraviado, había pasado la noche en un centro nocturno en
compañía de Fiorella Huamán Mendoza (26), su amiga, con quien vino de Lima por
unos días; ambos viven en San Juan de Lurigancho, pero cuentan con familia
aquí.
Al amanecer, ambos jóvenes salieron para
regresar a casa de sus parientes, pero antes, caminaron hacia la esquina y le
compraron un par de juanes a una ambulante que suele ubicarse en las
inmediaciones.
INFIERNO
En esas circunstancias, ocurrió la
pelea. En su testimonio a la Policía, Fiorella Huamán refirió que, mientras
comían, notaron que el guardián del local sacaba a empellones a un hombre de
estatura mediana y cabello lacio.
Al parecer el individuo aquel había
causado problemas dentro de la discoteca, por lo que el personal de seguridad
revolvió expulsarlo. Fue un forcejeo infernal que incluyó golpes, patadas y
escupitajos, además de insultos y amenazas de muerte. Nadie presagió lo que
pasaría después.
Fuera de sí, el criminal extrajo el arma
que ocultaba entre sus prendas y trató de asesinar al vigilante, pero su
extremada embriaguez le hizo fallar el blanco.
Cuentan testigos que, a pesar del arma,
el custodio continuó forcejeando con el delincuente, y en medio de toda esa
confusión, volvió a escucharse otro disparo.
Esta vez, la bala sí encontró un blanco,
pero no el que se había propuesto el homicida, sino otro, uno que ahora debe de
estarle pesando.
UNA TRAGEDIA
Aquel proyectil le atravesó primero el
hombro a Fiorella y luego se le clavó en el pecho a Cortés Ruiz. En resumen,
fue una sola la que dejó herida a la joven y le causó la muerte a su amigo.
Ambos quedaron tendidos sobre la berma central, a donde había corrido para
ponerse a buen recaudo.
Personal de la Compañía de Bomberos de
Trujillo acudió a la emergencia y llevó a ambos al Hospital Regional. Cortés
aún respiraba, pero sus latidos iban apagándose a cada metro. Para cuando los
médicos lo recibieron, en la sala de Emergencias, ya no podían hacer nada por
él. Había muerto en el camino.
Sus restos fueron internados en la
morgue, a la espera de que sus parientes los reclamen; no obstante, nadie se
apareció por ahí en toda la mañana. Sus familiares deben de haberse enterado de lo
ocurrido recién al mediodía, por lo que habrían llegado a Trujillo en la noche.
En tanto, Fiorella fue dada de alta. La bala solo le atravesó la piel, por lo que no corrió ninguna clase de peligro. Ella optó por no declarar a la prensa sobre la irremediable pérdida de su acompañante.
En tanto, Fiorella fue dada de alta. La bala solo le atravesó la piel, por lo que no corrió ninguna clase de peligro. Ella optó por no declarar a la prensa sobre la irremediable pérdida de su acompañante.
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