Policías secuestran y torturan a canillita

TRUJILLO.- Una seria acusación viene formulando Francisco Torres Varas (42), vendedor de diarios y revistas en el mercado La Hermelinda, contra un grupo de policías que el 1 de enero por la mañana lo detuvieron sin motivo alguno, para luego torturarlo y dejarlo en libertad, no sin antes amenazarlo de muerte si es que los denuncia.

Este hecho ocurrió, según cuenta la víctima, el martes 1 de enero cerca de las 9 de la mañana en su vivienda ubicada en la Manzana A2 lote 14 del barrio 6A del sector Alto Trujillo, en el distrito de El Porvenir.

Su esposa, identificada como Marlys Martínez Fernández (44), señala que a esa hora cuando estaban durmiendo luego de haber celebrado hasta la madrugada la fiesta de año nuevo, escuchó ruidos en el patio de su casa y al salir se dio con la sorpresa de encontrar a un policía con un fusil AKM que saltando la pared había ingresado a su vivienda.

Sorprendida por el hecho y ante las amenazas de parte del efectivo policial que preguntaba por un tal “Chino”, comenzó a gritar al ver que otro grupo de policías ingresaba violentamente a su domicilio.

Estos mismos policías, señala la mujer, agarraron a su esposo a quien lo golpearon salvajemente e inclusive le rompieron el pómulo con la culata de un fusil, y no contentos con eso, se la emprendieron con su hija y una ahijada a quienes arrastraron por el suelo, quitándole un celular con el que estaba filmando.

La esposa del canilla, indicó además que a su pareja lo llevaron esposado y luego de cinco horas lo soltaron no sin antes amenazarlo de muerte si es que los denuncian. “Nosotros hemos recorrido todas las comisarias del sector para ubicar a mi esposo pero nadie nos daba razón, luego supimos que lo soltaron por unos arenales”, señaló Martínez Fernández quien precisó además que en la policía no le aceptan la denuncia. Indicó también que logró apuntar sólo los números de las placas de las camionetas policiales que fueron 5921, 9409, 7919 y LP 7369.

“Yo acuso directamente al mayor Cieza, él tiene esa costumbre de detener a las personas y luego exigirles dinero para soltarlos tal como ocurrió con un familiar a quien pidió 2,500 soles”, señaló Marlys Martínez Fernández quien precisó además que irá hasta las últimas consecuencias.