TRUJILLO.- De cinco balazos a quemarropa terminó ayer la vida de un joven de 18 años dedicado, según sus vecinos, a conducir un colectivo para ganarse la vida. Se trata de Leyner Pérez Ramírez, a quien un sicario le disparó cuando se dirigía a comprar cerveza, a media cuadra de su domicilio.
El crimen ocurrió a la 1:30 a.m. en la manzana 4 del asentamiento humano Víctor Raúl, El Porvenir.
Fuentes policiales precisaron que Pérez había estado tomando desde temprano con Juan, su hermano mayor, en la casa donde ambos vivían con sus padres.
Ya pasada la medianoche, a eso de la 1:15 a.m., se les terminó la cerveza, por lo que el muchacho dijo que iría a la tienda a traer más.
Entonces Leyner Pérez caminó hacia la bodega ubicada a la vuelta, doblando la esquina; fue justo ahí donde le dispararon.
Se sabe que, al verlo, el sicario se le acercó por la espalda y le metió cinco balazos a quemarropa, en un acto calificado por la Policía como una severa venganza.
Pérez quedó tendido sobre la arena, en medio de una enorme mancha de sangre. La fatal noticia llegó minutos después a oídos de su hermano, quien corrió a auxiliarlo.
En efecto, Juan Pérez Ramírez llevó a su pariente al Regional con la esperanza de que ahí le salven la vida, pero nada pudieron hacer los médicos. Leyner falleció en el camino.
Las causas de este crimen son aún minuciosamente investigadas por la Policía, sin embargo, se ha adelantado que la rivalidad entre bandas delincuenciales originó el asesinato.
Interrogados por lo sucedido, los parientes de Pérez optaron por no declarar ante la prensa, y al cierre de edición venían velando sus restos en su casa.
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