5/09/2012


TRUJILLO.- Candy Chuin Miquein hubiera cumplido este lunes 07 de mayo 18 años, pero está muerta. Doce puñaladas acabaron con su joven existencia y dejaron solo en el mundo al bebé que alumbró hace apenas cuatro meses.

De momento no se sabe quién ni por qué la mató tan monstruosamente; sin embargo, hay un sospechoso. Y es que la última vez que la vieron, la joven nacida en una comunidad nativa de la selva reveló que iba a encontrarse con el papá de su hijo quien le había prometido entregarle dinero.

Candy nunca más regresó.

LA MATARON EN DÍA DE FIESTA
El cadáver de Candy fue encontrado el jueves de la semana pasada en el sector El Tremendo de Conache, en Laredo.

Estaba en medio de los sembríos de caña, junto a una acequia y empezaba a emanar fétidos olores.

Los especialistas forenses explicaron que esto se debía a que por lo menos tenía 48 horas de fallecida, es decir, la victimaron el mismo Día del Trabajo, tal vez antes, tal vez después de alguna fiesta.

Fuentes al interior del Ministerio Público revelaron que este dato lo confirmó la propia hermana de Candy, una muchacha de 22 años que sin imaginarlo fue la última en verla con vida.

Contó que el martes primero de mayo su hermana llegó a visitarla al mediodía. Cargaba en sus brazos al pequeño Giancarlo, su primogénito.

Como en otras ocasiones le pidió que se hiciera cargo de él pues tenía que salir. Cuando le preguntó a dónde iba, Candy respondió que tenía que encontrarse con el papá de su bebé porque le había prometido darle dinero.

Las horas, los días, las noches pasaron y la joven madre no regresó. Recién el lunes a la 1 p.m. su hermana volvió a verla. Candy estaba en una cámara mortuoria de la morgue de Ascope.

SE DEFENDIÓ DE SU ASESINO
Las graves lesiones en su cuerpo revelan el salvajismo con el que le arrancaron la vida. Tiene doce heridas de cuchillo en los brazos, el pecho, la espalda.

Tan despiadado fue el homicida que usó toda su fuerza para clavarle la filuda hoja de metal hasta atravesarle el corazón, los pulmones y el hígado. Quería matarla a toda costa.

Pero hay una lesión que llamó la atención de los médicos forenses: un profundo corte en la mano izquierda, como si Candy hubiera agarrado el cuchillo en un desesperado intento por evitar que se clave en su pecho.

Al final, la joven madre terminó envuelta en sangre, con lesiones en todo el cuerpo que hoy la policía sospecha pudieron ser ocasionadas por más de una persona. Tampoco se descarta un múltiple ultraje.

NACIÓ EN UNA COMUNIDAD NATIVA
A través de la vía telefónica se trató de conversar con Ofelia Miquein Jima, la madre de Candy, pero ella decidió guardar comprensible silencio ante el horrendo hecho criminal que la obliga a vestir de negro. “Sólo quiero pedir que se haga justicia, no sabemos qué ha pasado y por qué le han hecho esto a mi hija”, alcanzó a decir.

Se sabe que Candy Chuin Miquein nació el 9 de mayo de 1994 en la comunidad nativa de Seasmi en el distrito de Nieva, provincia de Condorcanqui, en Amazonas.

Llegó a Trujillo hace poco más de un año en busca de trabajo. Vivía en un cuarto alquilado de la avenida Túpac Amaru. Su hermana de 22 años residía en otra parte de la ciudad.

Hace cuatro meses trajo al mundo a Giancarlo. Fue atendida en el hospital Regional. Pero del padre no se sabe nada.

Ayer por la tarde, Ofelia Miquein y su hija mayor terminaron los trámites para sacar el cadáver de Candy de la morgue de Ascope y sepultarla.

Mientras tanto, los agentes de la Depincri Este de El Porvenir van en busca del sospechoso para descifrar el misterio que esconde este espeluznante crimen.

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