2/19/2011


TRUJILLO.- Nuestro seminario Mayor “San Carlos y San Marcelo” alberga a 110 jóvenes seminaristas de 12 jurisdicciones del Perú que se forman con ilusión para el sacerdocio, sin embargo, hay una etapa previa de discernimiento; porque la vocación sacerdotal es una respuesta generosa y valiente frente a la invitación que hace el Señor a llevar una vida en plenitud, conforme a un proyecto trazado por Cristo y manifestado en la Iglesia. En este contexto, el preseminario convoca a quienes sienten este llamado al servicio de la Iglesia.

El pre- Seminario es una experiencia que ofrece nuestro Seminario arquidiocesano San Carlos y San Marcelo a jóvenes para que en un ambiente de oración, convivencia, estudio y reflexión cada uno de los participantes acepten el reto de escuchar y discernir con la ayuda del Sacerdote encargado y seminaristas, la llamada del Señor a ser sus discípulos, en el sacerdocio ministerial dentro de la Iglesia.

Para graficarnos este camino espiritual, el promotor vocacional, R.P. Oswaldo Perleche nos resuelve algunas inquietudes que muchos fieles -sobre todo los jóvenes- desearías saber:

¿Padre, qué se requiere para el pre-seminario?
Primero, tener una inquietud sincera por la vocación sacerdotal, tener buena salud, haber participado de los círculos vocacionales o entrevistas con el Promotor Vocacional, haber concluido satisfactoriamente los estudios de secundaria, incluso carrera universitaria y la disposición a vivir este período en actitud de escucha y apertura, considerando que descubrir la propia vocación es la tarea más seria de la propia vida.

¿Qué busca el pre-seminario?
Ayudar al discernimiento de los candidatos, ya que Dios llama a personas concretas, para realizar una misión determinada y siempre en beneficio de su pueblo. El Señor habla y llama a través de las necesidades y acontecimientos por lo que toda vocación a la vida sacerdotal es la respuesta a la necesidad de una comunidad.

¿Cuánto ayuda esta etapa?
Mucho. Un objetivo primordial del Preseminario es ayudar a esclarecer las inquietudes que manifiestan los jóvenes por la vida sacerdotal. Para ello se ofrecen elementos de ayuda a su crecimiento humano-cristiano que clarifica, afianza, incluso despierta y anima en los pre-seminaristas las bases para ingresar a la formación del Seminario; por otra parte, también es una oportunidad para que los jóvenes compartan inquietudes, ideales y metas que ayudan cultivar una vida fraterna.

¿Qué se destaca en este período?
El inicio de discernimiento que no será sólo personal (aunque sí el aspecto más importante), sino eclesial, ya que se está inmerso en la misma realidad de la Iglesia y se requiere el apoyo de los mismos miembros de ésta.
¿Qué pretende mostrarnos con su explicación?
Pretendemos mostrar un panorama (actividades, reflexiones, clases, etc.), de lo que vive un candidato en la formación del Seminario; en fin, queremos que sea una ayuda para aquellos que, con ilusión y con alegría, toman las redes de manos del Señor Jesús y buscar ser en el futuro “pescadores de hombres”.

La voz de los protagonistas:
Andrés Ruiz rojas (23), natural del distrito de La Esperanza, nos comparte su experiencia en esta convivencia del pre-seminario.
“No fui yo quien elegí venir, como en toda vocación, es Dios quien da la iniciativa, por eso he venido, quizá a mi me hubiera gustado estar en otra parte, pero ¿cómo estaría yo?, por eso me doy cuenta que Dios está en el corazón de los hombres”.
Agregó, que el Señor “intenta actuar y, muchas veces, el hombre no lo deja, sin embargo, Dios respeta la libertad del ser humano. Pero si le dejas actuar unos segundos te das cuenta que Él siempre te está llamando. Y tal vez yo fui uno que no dejaba que Dios haga lo que tiene que hacer con mi vida, pero todo esto lo dejo atrás y estoy dispuesto, de manera voluntaria, a decirle: Aquí estoy, Señor”.
Un día en el preseminario:
Asimismo, Alfredo Eustaquio, nacido en Usquil nos describe visiblemente emocionado, y a modo de crónica, cómo es un día en el pre-seminario:

“De lunes a viernes nos levantamos a las 6:00 a.m. con el sonido de la campana que se le considera la voz de Dios, nos aseamos y vamos diligentemente a la capilla para iniciar nuestra alabanza al Señor (las laudes), hacemos el ofrecimiento del día e iniciamos la meditación en silencio, guiados por la Palabra de Dios, o se lee la vida de un santo según nos indique el calendario litúrgico, escuchamos las virtudes heroicas de los que fueron revestidos por su fidelidad a Cristo y que son dignas de imitar y nos animan a decir: ¿si ellos lo lograron por qué nosotros no?.

A las 7:15 se inicia la Santa Misa y nos fortalecemos con el pan la Palabra y de la Eucaristía. Posteriormente continúa el desayuno y a las 8:30 estamos listos para las clases, las cuales terminarán a las 12:45 de la tarde.
Cada clase dura una hora pedagógica y hay entre clase y clase, cinco minutos de recreo, bien aprovechado para conversar o aclarar algún tema entre los compañeros y el profesor, o simplemente conversar y reír. Después del almuerzo viene un tiempo de limpieza para tener en buen estado la casa y luego de un breve descanso, lo que todos esperamos: ¡el deporte!: futbol o basquetbol. Terminada esta actividad nos aseamos e iniciamos el tiempo de estudio hasta las 7:10 en que se inicia la oración de la tarde (las Vísperas), agradecemos a Dios por los beneficios recibidos en toda la jornada y lo alabamos con el rezo de los salmos. Una vez terminada la cena sigue el momento de esparcimiento, el cual varía según el programa de vida: juegos de mesa, dinámicas, teatro, un video o escuchamos noticias. Terminado los cantos, las risas y las dinámicas, se inicia el rezo del Santo Rosario por grupos, aprovechamos una vez más para pedir a Dios, por intercesión de nuestra Madre la Virgen Santísima, por todas las necesidades del mundo.
A las 9:15 tenemos tiempo de estudio, para terminar nuestros trabajos; a las 10:10 rezamos las últimas oraciones de la noche (las Completas), pedimos perdón a Dios por las faltas cometidas en el día y lo alabamos pidiéndole su protección durante la noche.

La última oración es para la Virgen Santísima. Se inicia luego el silencio absoluto. En este programa de vida según algunos días tiene sus variantes respectivos, por ejemplo: La Hora Santa (jueves), Conferencias (Viernes), Trabajo en jardines (Martes y Jueves), Limpieza general (sábados), Reunión de Comunidad (Domingos), Paseos (Sábados). Los días sábados y domingos nos levantamos más tarde: 6:30 a.m.

Etapa actual
Este año el pre- seminario se inició el 15 de enero y finalizará el 28 de febrero con un total de 14 candidatos y de la cual se encuentran participando 13 jóvenes para la Arquidiócesis de Trujillo y uno para la prelatura de Caravelí.

Los jóvenes que tengan la inquietud vocacional, están cordialmente invitados a participar, previamente, de los círculos vocacionales, que se realizan los primeros domingos de cada mes en el Seminario San Carlos y San Marcelo-Moche. Estas jornadas se iniciarán a partir de Marzo de 9 a.m. a 4:00 p.m. Cabe indicar que se deberá llevar una Biblia, ropa de deporte y almuerzo. ¡Descubre tu vocación, el Maestro está aquí y te llama! INFORMES: Promotor Vocacional: 949724503-200516 (P. Oswaldo Perleche).

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