2/07/2012

TRUJILLO.- La violencia alcanzó uno de sus picos más altos ayer en La Esperanza, distrito severamente golpeado por el hampa y el crimen organizado. Dos mujeres murieron en ese distrito tras ser atacadas a balazos por unos sicarios en moto. Los homicidas no tuvieron piedad con ellas, les agujerearon el cuerpo a tiros, en medio de una solitaria y polvorienta calle.

Sucedió alrededor de las 3:15 p.m., en la manzana 99 del sector Víctor Raúl Haya de la Torre. Testigos del hecho (personas que, por miedo a una represalia, optan por no dar sus nombres) contaron que las mujeres llegaron al lugar en una mototaxi que desapareció tras el crimen.

El chofer, según se supo, frenó de golpe, obligado por unos individuos que le apuntaron para que lo haga. Estos últimos iban montados en una moto lineal, tal y como suelen movilizarse los sicarios.

Una vez detenida la mototaxi, los homicidas caminaron hacia la cabina, abrieron la puerta y les dijeron a las mujeres que bajen, no con buenos modales, obvio, sino con lisuras y jalones.

TERRIBLE ESCENARIO
Estando ya fuera del vehículo, ambas mujeres fueron obligadas a echarse al piso; entonces entendieron que aquellos hombres no iban a darles una advertencia o, en el peor de los casos, una golpiza, sino que iban con un objetivo definido: aniquilarlas a como dé lugar. De modo que no les quedó más remedio que implorar por sus vidas, rogarles que nos las maten.

Arrodilladas sobre la arena, suplicaron, pero eso no bastó para ablandar a los sicarios; estos la tenían clara: debían asesinarlas.

Sucedió en segundos: los maleantes apuntaron y jalaron del gatillo. Fueron varios disparos los que rompieron la calma del sector.
A la primera de ellas, vestida con un pantalón blanco y un polo negro de tiras, le cayeron cinco balazos: tres en el pecho, uno en la mano izquierda y otro en la cabeza. Este último fue obviamente el tiro de gracia, el disparo con el que los criminales aseguraron su muerte, aunque esta, vale precisar, no fue inmediata, al contrario, demoró varios minutos. “Aún respiraba, a duras penas, pero lo hacía”, contó uno de los vecinos de la zona.

En el bolso gris que esta mujer llevaba al hombro, la Policía encontró su DNI y una fotografía reciente, donde se le ve posando sola. De acuerdo con el documento, se llamaba Marylin Talía Dávila Castillo. Era de tez trigueña, natural de Lima y tenía el cabello negro ondulado.

La otra mujer aún no ha sido identificada, pero se sabe, por un tatuaje en su espalda, que se llamaba Roxana. Vestía jean celeste y polo rosado encendido.
Cabe precisar que ambas lucían como si se hubiesen estado dirigiendo a una fiesta, iban bien vestidas, con maquillaje y tacos altos.

De otro lado, se sabe, por fuentes al interior de la PNP, que el caso ha sido catalogado como una cruel venganza. Por el modo en que fueron ejecutadas, se descarta el robo.

Ahora bien, ¿qué pudo haber originado que alguien ordene matarlas? Al respecto se maneja la versión que ambas mujeres habrían pertenecido a una banda dedicada al robo de mototaxis.

Como tal, Marylin Dávila y su amiga se encargaban de abordar aquellos vehículos y decirle a los choferes que las lleven a una calle cualquiera, donde sus compinches se encuentran a la espera, prestos para actuar.

No obstante, esta es una primera hipótesis, por lo que nada está dicho aún; por lo pronto la Policía se encuentra recabando más información para conocer la verdad.

3 comentarios:

  1. Las llenaron el cuerpo de agujeros a pesar de sus s'uplicas!!!!!

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  2. vestian sexy, pero no las sirvio para nada, las acribillaron igual

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